miércoles, 16 de diciembre de 2015

Lección y 83, Grado 2, Primera Orden


Paz, Tolerancia y Verdad

Última Lección del Segundo Grado del Colegio Invisible de la Rosacruz


¿Eres Estudiante Rosacruz?, ¿No eres Masón? ¡cero (0) complejos!

Esta Lección está redactada con la mejor voluntad y con el único afán de que los sinceros buscadores, de la verdadera espiritualidad, dejen de equivocar su camino cautivados, en la mayoría de las ocasiones, por lo enigmático del secretismo, mejor discreción, de las fraternidades masónicas.

No tenemos nada en contra de la Masonería, todo lo contrario; pero durante nuestra experiencia hemos comprobado como muchos profanos que en realidad buscaban otra cosa terminaban desembocando en alguna Obediencia Masónica que no podría, en modo alguno, suplir sus inquietudes místico espirituales y es importante decir que cada cosa en su lugar y cada uno en su sitio porque de lo contrario se producen frustraciones que no terminan ayudando ni a los individuos ni a las instituciones, además de abocarles a los primeros a adquirir una mala experiencia que no les permitirá en el futuro hablar bien de ella con la consiguiente e infundada mala fama.

La Orden masónica es una Institución, dividida en diferentes obediencias, iniciático-fraternal y filantrópica. También esotérica, en el sentido de que su Secreto se encuentra encriptado en su simbología y rituales para que el Iniciado descubra su propio significado con ayuda de su Ser Interno; pero no se trata de una Escuela Esotérica Rosacruz en el sentido académico de impartir una serie de lecciones de mística u ocultismo. Eso, cada uno, debe buscarlo en el exterior y reinterpretarlo gracias a su progresivo conocimiento de la Luz. Mejor aún si se viene aprendido de fuera porque, de ese modo, le será más asequible y fructífero su paso por la Masonería.

No es nuestra intención, en absoluto, desacreditar a ninguna institución iniciática, esotérica o fraternal; pero sí es importante que coloquemos los puntos sobre las ies; es decir, decir la verdad sin tapujos aunque sin desvelar algún secreto inconfesable adquirido tras haber realizado los oportunos juramentos o promesas.

Se suele juzgar, por la generalidad, como algo anómalo el haber pasado por distintas organizaciones esotéricas sin haberse acomodado, de forma definitiva, en alguna de ellas. A esto se lo ha venido denominando como ser un culillo de mal asiento; pero es justo esta actitud del sincero buscador lo que le proporciona una visión más panorámica de su búsqueda y por lo tanto le permite juzgar cada situación con un mejor criterio.

Creemos que ese es nuestro caso y pretendemos aportar nuestra humilde experiencia a continuación.

Respecto a la Masonería existe una certeza y es ese carisma enigmático que produce el desconocimiento de lo que esconde su discreción. Eso provoca en algunos buscadores una especie de actitud reverencial, infundada, respecto a los hijos de la viuda o hermanos masones.

Esto es un hecho, dado que yo mismo así como otros muchos hermanos hemos constatado con miembros de ciertas escuelas rosacruces que cuando se relacionan con los masones sienten hacia estos una suerte de complejo de inferioridad como si dentro de nuestras desconocidas y enigmáticas logias, para ellos, se encontrase el saber universal y cada masón fuese algo así como un gran erudito del ocultismo en general. Y esto, no está motivado, en modo alguno, dado que la masonería no es una universidad teológica o de misticismo como sí lo es, por ejemplo, la Compañía de Jesús.

Bien, hemos dicho que esa actitud reverencial es completamente injustificada, dado que nuestra experiencia personal nos ha mostrado, durante años, que la masonería actual no deja de ser otra cosa que una sociedad fraternal y filantrópica de carácter iniciático; pero poco más. Como siempre existen excepciones, dado que existen algunas obediencias minúsculas y muy atomizadas que aún conservan ese carácter místico y esotéricamente espiritual.

En todo caso, podría ampliar esa definición de la Masonería como que se trata de una especie de voluminosa biblioteca esotérico-simbólica y que se encuentra custodiada por sus miembros, los masones; pero esto quiere decir también, lamentablemente, que una mayoría de los hijos de la viuda, una inmensa mayoría, no poseen la menor idea del asunto ni de lo que realmente custodia su sagrada Institución, a pesar de estar en posesión de los más altos grados iniciáticos.

En el Siglo XVIII, durante la gran expansión de la masonería especulativa, existieron importantes obediencias que trabajaron de forma práctica el hermetismo así como el esoterismo de sus enigmáticos símbolos y rituales; pero, con el transcurrir del tiempo, ese Arte Real, milenario, se fue deteriorando hasta convertirse en algo anecdótico en la mayoría de las ocasiones. Habiendo desaparecido, en muchos casos, la consciencia de su principal y verdadero cometido hasta transformarse, en la actualidad, en una suerte de escuela fraternal con el fin de mejorar la sociedad y cuyo funcionamiento interior no difiere en mucho de cualquier actividad política.

Haciendo un poco de historia, en el principio de todo, las instituciones masónicas vinieron a sustituir, dentro del ámbito protestante, el movimiento monacal que siempre existió en el seno de la Iglesia Católica y, por lo tanto, el sentimiento religioso y místico era consustancial a la pertenencia a dichas organizaciones espirituales. Formaban, de algún modo, una suerte de monacato seglar que prescindía de ciertas reglas como el celibato o el enclaustramiento.

Desde el siglo XVIII hasta la actualidad, la Sociedad ha evolucionado o transformado de una forma espectacular; pero curiosamente hay dos instituciones que han cambiado muy poco, en su apariencia que no en su esencia, la Masonería y la propia Iglesia Católica; siendo curioso, además, como en ambas se ha perdido el contenido esotérico más profundo habiéndose sustituido, en la actualidad, por lo meramente exotérico o exterior de su significado meta-simbólico.

Dado el desconocimiento general de lo que sucede tras las columnas de los talleres o logias masónicas; en cierto modo, es lógico que los profanos, es decir aquellos que no pertenezcan a la masonería, sientan una especie de reverencia mágica, casi religiosa, hacia una institución desconocida y a sus enigmáticos miembros, cuya educación suele ser bastante exquisita; pero no deja de ser otra cosa, repetimos, que la impronta de lo desconocido en nuestra imaginación.

No vamos a desvelar nada, amados estudiantes rosacruces; pero sí estoy autorizado a deciros que cuando os dirijáis a algún reconocido masón hacedlo no como si se tratase de una persona superior que poseyera una suerte de dignidades así como una erudición superior a la media, sino como a un igual, dado que lo expuesto, salvo honrosas excepciones, es completamente falso.

De hecho, vosotros que estudiáis con profundidad mística el esoterismo de la religiosidad, conocéis más acerca de los símbolos masónicos que los propios hermanos masones. Claro que, esto no deja de ser una generalidad. Es como si dijésemos que nos dirigiésemos al celador de una biblioteca pública cualquiera como si este señor fuese un gran doctor en filología e historia. Podría darse el caso de que esto fuese así o al menos estar licenciado en biblioteconomía; pero como podéis comprender eso sería una excepcionalidad.

La Masonería tradicional, no vamos a entrar en supuestas regularidades o irregularidades, hemos dicho que es como un enorme arcón lleno de sabiduría simbólica y que los masones no serían otra cosa que sus custodios vigilantes y esto, no quita  para que algunos de ellos, unos pocos, más bien poquísimos, sean unos verdaderos eruditos en alguna de las historias de la masonería dado que cada Obediencia cuenta la suya propia. Sí, hemos encontrado a algunos hermanos cuya erudición acerca del historicismo masónico es notable. Esto, cualquiera lo puede comprobar si se dirige a cualquier biblioteca y busca libros acerca de la masonería. La mayor parte de los ejemplares tratarán, desde diferentes puntos de vista, acerca de asuntos históricos; pero cuando se trate de profundizar en lo esotérico, místico y simbólico más profundo, descubrimos que los libros que se han escrito, lo han sido por masones que además pertenecieron a instituciones o escuelas rosacruces.

Sí, cualquier estudiante rosacruz, cuando puede penetrar a través de los velos místicos e iniciáticos de la Masonería, de ser iniciado, encuentra siempre el verdadero y más profundo significado de sus enigmáticos símbolos. Un significado que los propios hijos de la viuda, una inmensa mayoría, tan solo son capaces de intuir de forma superficial.

Por lo tanto, querido estudiante, amado alumno de la Rosacruz, cuando trates con alguien que sabes que es masón no lo mires de abajo hacia arriba como si él poseyera algún tipo de extraña superioridad esotérica, dado que tú estás en posesión de una masonería interna que ellos apenas atisban; pues por desconocer, desconocen que solo son porteros de una Institución en cuyo interior se conserva una sabiduría ancestral. Además, existe el agravante de que, en la mayoría de las ocasiones, cuando algún Estudiante de la Rosacruz llama a las puertas de la Masonería se lo trata con prevención no fuera a ser algún peligroso intruso que buscase váyase usted a saber qué cosa.

Todo lo que os estoy contando, lo hago para que se os quite cualquier tipo de complejo respecto a los hermanos masones. Con mucha probabilidad, los fratres y sórores de la Rosacruz tengan mucho más que enseñarles a ellos  de lo que a la inversa podría suceder.

En esta cuestión, en cierto modo se funciona como indica el refranero castellano: Son como el perro del hortelano que ni comen ni dejan comer; dicho de otro modo para que se entienda, ellos, la mayoría no son capaces de interpretar el inmenso tesoro místico y espiritual que, por herencia, custodian; pero, también, casi con total seguridad no dejarán que alguien de fuera y que sabe, les venga a decir que no ven más allá de sus narices y que son incapaces de observar en profundidad el verdadero valor de sus ritos y símbolos. Esto es por pura ignorancia dado que se escudan ante un enemigo inexistente.

De hecho, muchos de estos celadores del Conocimiento simbólico, en algunas obediencias, ni siquiera poseen el más mínimo sentimiento místico o religioso y se consideran a sí mismos como agnósticos, escépticos e incluso ateos.

Hasta tal punto llega la deformación de cierta masonería, que consideran a sus autores místicos como algo meramente folclórico que solo sirviese para insinuar una leve sonrisa y que no mereciera la más mínima atención de estudio por parte de ellos.

Cualquier Estudiante Rosacruz que sea miembro de una Obediencia Masónica sabrá de lo que estamos hablando. Ellos entienden los símbolos masónicos con meridiana claridad y, en la mayor parte de las ocasiones, se tienen que autocensurar, de cara a sus hermanos, para no ser señalados como bichos raros.

Otra de las cosas interesantes, querido estudiante de las enseñanzas rosacruces, que hemos podido comprobar es que los masones sinceros que buscan la Verdad de la Luz van superando grado tras grado como quien subiese una especie de escalera y que, en cada peldaño superior hubiese alguien intentando impedir su ascensión. Cuando llegan al grado que tanto ansiaban descubren que deben de seguir buscando porque lo que buscan allí no se encuentra. Una vez llegados al grado más alto de todos, encuentran que está tan vacío, falsa apreciación, como los anteriores, cuando comenzó su escalada.

¿Qué sucede entonces?

Algunos, por simple inercia, se mantienen en la Orden de una forma resignada.

Unos pocos abandonan la Institución y buscan en otros lugares.

Tan solo unos poquitos, sin abandonar la Masonería, dan el salto a otras escuelas de misterios y allí empiezan a aprender a leer los símbolos que tantos años les ha llevado obtener.

Estos últimos permanecen, con sus altos grados, dentro de la Masonería y se convierten en verdaderos faros de luz y sabiduría para el resto de sus hermanos y hermanas, de haberlas; pero también sucede, es lo más común, que estos altos grados terminen derivando no en verdaderas y místicas escuelas rosicrucianas del camino luminoso central sino en vías oscuras de la mano izquierda un tanto paganas o de iniciación sexual y, por lo tanto, convirtiéndose en verdaderos señores obscuros.

Para terminar, querido Alumno, te voy a repetir el título de esta lección “¿Eres Estudiante Rosacruz?, ¿No eres Masón? ¡0 complejos!” Sin complejos, frente a quienes mantienen el misterio de lo que ocultan, porque ni ellos mismos son capaces de vislumbrar el verdadero valor del tesoro que custodian.

En el Siglo XVII, el Movimiento Rosacruz influyó en la creación de muchas sociedades cristianas protestantes, que tal y como ya hemos mencionado, funcionaban a modo de sucedáneo de los monasterios que ya no poseían, dado que eso era algo del tronco madre de la Iglesia Católica. Templos ahora, en donde no era necesario el claustro ni el celibato. Estas instituciones fraternas y místicas habían recogido, durante su existencia, mucho del conocimiento heredado de la época renacentista. De estas organizaciones surgió la actual masonería especulativa y que tanto influiría en el Siglo XVIII; llegando hasta nuestros días, atomizada en múltiples obediencias, que es como la conocemos.

Con esto, querido Frater y querida Soror, alumnos de las enseñanzas rosacruces, os quiero decir que, en modo alguno, la Masonería es la madre de la Rosacruz, sino justo todo lo contrario. Fue el Movimiento Rosacruz el que terminaría originando la formación de diversas instituciones de índole científica, mística y fraternal; entre ellas podemos encontrar la Royal Society como institución científica, la Masonería como Institución fraternal y las actuales escuelas rosicrucianas como instituciones místicas.

Es por dicha causa y no por alguna otra que, cualquier avanzado estudiante Rosacruz que haya pasado por el estadio de Filósofo y alcanzado el de Adepto, que echando un breve vistazo a los símbolos y rituales masónicos, comprueba por sí mismo que se encuentra ante la evidencia de la herencia de un padre hacia su hijo.

La Rosacruz es la digna heredera del primitivo gnosticismo cristiano, manteniendo la Masonería ese conocimiento a buen recaudo  en el interior del simbolismo de sus rituales y templos.

Un verdadero Adepto Rosacruz vendría a ser como un sacerdote de la Gnosis y tan solo él es capaz de reconocer el conocimiento que los primeros masones imprimieron en sus misteriosos rituales. Solo él puede traducir, de forma límpida y transparente, su oculto significado.

Un Masón que posea el grado Rosacruz, salvo las notables excepciones señaladas, no deja de ser más que un custodio, un celador del Grado; es decir, el poseer ese Grado, en modo alguno lo convierte en un verdadero Rosacruz, sino en un poseedor inconsciente de unos secretos gnósticos que él mismo, por mucho que se esfuerce por sí solo, es incapaz de interpretar; pero pueden serte útiles a ti como Estudiante del misticismo Rosacruz.

Por lo tanto, querido Frater y querida Soror, de complejos nada de nada. La Escuela Rosacruz Moderna no es, en modo alguno, un sucedáneo descafeinado de la Masonería sino su verdadera y única esencia.

Una esencia mística que ha evolucionado fuera de ese arcón cerrado del que hemos venido hablando y que nos permite tanto a hombres como a mujeres el acceso al conocimiento de la verdadera Luz; pero además libre de imposición alguna. Dado que es, cada alumno al llegar a su Grado, quien determina si está capacitado o no para ser iniciado. Donde nadie del escalón de arriba decide, de forma subjetiva, si estás capacitado para subir un peldaño más.

Solo uno mismo puede decidir por sí mismo, porque nadie, repito, nadie es quien para juzgar el estado moral o espiritual de nadie. Solo uno mismo es capaz de juzgarse interiormente y conocer si se encuentra o no preparado para dar el siguiente salto.

Fíjate querido alumno, Frater o Soror, de las enseñanzas rosacruces si te encuentras por encima de aquellos que envidiabas o ante los que te acomplejabas y que no son otros que unos meros vigilantes, que ya es bastante, del Templo del que tú llegarás a ser Sumo Sacerdote, porque tú eres un verdadero masón aunque no haya un papel impreso que lo ratifique.


En L:.V:.X:. Luz, Verdad y Amor; que las Rosas del Alma florezcan majestuosas sobre la Cruz de vuestro Cuerpo material.


ARALBA RC